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Mi historia

Cuando vimos a Horus su primera reacción fue acercarse tímidamente, agachando su cabeza y moviendo el rabo entre sus patas. No sabemos las veces que le han pegado pero nos prometimos que ya no iba a sufrir más. Horus pasó por una dura enfermedad, la filariosis, que logró superar con crecer. Después la leishmania le dio la cara y ha sabido recuperarse, siendo sus niveles hoy en día 0. Ahora, fuerte y sano está esperando que una familia se fije en él. Es un perro tranquilo, bueno, sociable y cariñoso. Solo queremos que tenga una segunda oportunidad y duerma calentito en una camaCuando vimos a Horus su primera reacción fue acercarse tímidamente, agachando su cabeza y moviendo el rabo entre sus patas. No sabemos las veces que le han pegado pero nos prometimos que ya no iba a sufrir más. Horus pasó por una dura enfermedad, la filariosis, que logró superar con crecer. Después la leishmania le dio la cara y ha sabido recuperarse, siendo sus niveles hoy en día 0. Ahora, fuerte y sano está esperando que una familia se fije en él. Es un perro tranquilo, bueno, sociable y cariñoso. Solo queremos que tenga una segunda oportunidad y duerma calentito en una cama